Río Sekoyer, Borneo. 20 horas. Noche cerrada. Estoy en un barco de madera, al que llaman klotok, sentada en un almohadón encima de la cubierta. No se ve absolutamente nada. Mi guía comienza a alumbrar con una linterna y me doy cuenta que estoy navegando sobre un estrecho río, rodeado de frondosa vegetación.
Hay un silencio absoluto, solo se oye el motor del barco. De pronto para en seco. Aparece una nube de luciérnagas, que brillan intensamente sobre el negro cielo de la noche. Deciden amarrar ahí el barco, ya es hora de descansar.
Me tumbo en el colchón que me han preparado encima de la cubierta y dejo caer una mosquitera por encima de mi. Cierro los ojos dispuesta a descansar en un absoluto silencio, pero ¿tiene sonido el silencio?
Creo que estoy en medio de la nada, pero no. Estoy arriba de un cocodrilo que con su cola golpea el agua. Estoy debajo de las ramas de unos árboles, entre los cuales saltan los monos narigudos. Muy cerca de una serpiente que se arrastra entre las hojas. Lo que estoy escuchando es el sonido de la selva. Impone y mucho. Da miedo y paz. Tensión y relax. Una sensación indescriptible y una experiencia inolvidable que todo el mundo debería vivir, al menos, una vez en la vida.
Estoy en Kalimantan y esto acaba de empezar.
Índice
Excursión de orangutanes de Borneo
Uno de los motivos por lo que escogí Indonesia como destino de mis vacaciones fue porque me moría de ganas de ver a los orangutanes de Borneo en su hábitat natural.
No sabía muy bien cómo llegar ahí, así que tras una exhaustiva labor de investigación descubrí que los famosos orangutanes viven en la isla de Borneo, concretamente en la provincia de Kalimantan.
Para verlos debía llegar hasta el Parque Nacional de Tanjung Puting y hacer un recorrido en Klotok, barco típico de Borneo, por el río Sekoyer, que me llevaría a la selva donde sobreviven algunos de los últimos ejemplares de orangután que hay en el mundo.
La única forma de hacer este recorrido es contratando una excursión de orangutanes en Borneo, que son bastante caras y se agotan rápidamente si vais en temporada alta. A pesar de que la experiencia me encantó tuve bastante mala suerte con todo.
Contraté la excursión de orangutanes en Borneo con «come2indonesia» y el guía resultó ser un machista que intentó propasarse conmigo, en los pocos minutos que me quedé con él a solas en la cubierta del barco. También tuve la mala suerte de tener ratas en mi barco, merodeando al lado de mi colchón, cosa que en los demás barcos no ocurrió. Además, he de decir que no elegí bien la compañía del viaje, pues no todos están preparado para conocer el mundo y menos para dormir en medio de la selva.
Por si fuera poco, mi vuelo se retrasó 8 horas y me perdí todo el primer día. Pero no os voy a contar mis desgracias, mejor os cuento mi increíble experiencia en la selva de Borneo.
Tras el retraso de mi vuelo, debido al denso humo de un incendio que no permitía la visibilidad, logré aterrizar en Pangkalan Bun, el aeropuerto de borneo a las 18 horas. Allí me estaba esperando el que iba a ser mi guía del tour de orangutanes en Borneo durante los dos días siguientes.
Subí en un coche que me llevó hasta el puerto de Kumai, donde estaba amarrado el klotok. Durante este trayecto por carretera de unos 25 km, el guía me contó que, debido al retraso de mi vuelo, debíamos navegar unas cuantas horas para alcanzar el itinerario que estaba previsto para el día siguiente.
Tras mostrarme el que iba a ser mi hogar durante 2 días y presentarme a la tripulación, que estaba formada por el guía, el capitán y la cocinera comenzamos a navegar por el río Kumai, que nos llevaría hasta el río Sekoyer donde amarró el klotok para descansar.
Me habían preparado un colchón con una mosquitera encima de la cubierta del barco para dormir. Acostarse y despertarse con los ruidos de la selva es una experiencia indescriptible que todo el mundo debería vivir una vez en la vida.
Me despertaron a las 7 de la mañana. Cuando abrí los ojos me vi rodeada de una gran cantidad de palmeras y todo tipo de exótica vegetación, tras la cual se escondían monos narigudos, enormes cocodrilos, serpientes pitones, elefantes pigmeos, orangutanes y un sinfín de especies más.
Por otro lado, era una pena ver esa agua marrón contaminada por los tratamientos químicos de las minas de oro ilegales de la zona. Estábamos en medio de una zona totalmente virgen, donde los humanos éramos los invasores del hogar de los animales y no lograba entender como por el afán de riqueza, este hábitat podría acabar destruido con los años.
Tras una ducha y un copioso desayuno, mientras navegábamos por el Sekoyer y veíamos a los narigudos saltar de rama en rama y a algún que otro cocodrilo asomarse tímidamente entre los manglares, llegamos hasta Pondok Tanggui uno de los tres centros de centros de investigación y rehabilitación de orangutanes de Tanjung Puting.
Nos adentramos en la selva a través de una pasarela de madera. Me crucé con unas enormes hormigas rojas venenosas, tarántulas, cien-pies, mariposas, libélulas de los más bellos colores que podáis imaginar… y otros cientos de insectos.
Mientras iba sorteando las ramas de los árboles, con sumo cuidado para ver por donde pisaba, escuchaba los sonidos de los animales. De repente llegamos a una explanada, donde había una tarima de madera y muchos plátanos.
Eran las 9 de la mañana. Los guías comenzaron a emitir una serie de sonidos para atraer a los orangutanes, mientras los pocos turistas que estábamos allí presentes guardábamos un silencio sepulcral con excitación y miedo a la par.
Comenzamos a escuchar el crujido de las ramas, cada vez más cerca. Teníamos la cabeza levantada y a nadie se nos ocurría parpadear. Y, por fin, aparecieron los primeros orangutanes. Sin duda una de los momentos más esperados del viaje. Tengo que confesar que me entraron unas ganas locas de acercarme a tocarlos, pero aparte de que es super peligroso, hay que respetar que somos los humanos los invitados a su hogar.
A pesar de que todos los habíamos visto en cientos de documentales, era increíble ver a animales de semejantes dimensiones en su hábitat. Al principio, me pareció que eso de montar una especie de «escenario» con plátanos para que los orangutanes se dejaran ver era una turistada.
Pero el guía me explicó que una etóloga canadiense, al ver la crítica situación de una selva que iba en picada hacia la destrucción, con la consecuente extinción de los orangutanes, creó tres centros de investigación y rehabilitación del Tanjung Puting. Su función, entre otras, es ayudar a la integración de los orangutanes rescatados de la cautividad o a los salvajes que quedaron huérfanos.
Es por ello que todos los días, a la misma hora, les ofrecen comida. Para que los orangutanes que lo deseen, puedan acudir a alimentarse, ya que algunos no han conseguido ser del todo independientes.
Tras este primer contacto con los orangutanes regresamos al klotok y continuamos nuestra excursión de orangutanes en Borneo navegando hasta la siguiente parada Camp Leakey. Descendimos del barco y nos encontramos con un paisaje muy parecido al anterior. Allí la hora de comida de los orangutanes era a las 14 horas.
Después de ver a los orangutanes comiendo plátanos en la tarima de madera, le dije al guía que quería adentrarme por la selva. No quería ir por los senderos por los que caminaba toda la gente, pues tenía la esperanza de ver a algún orangután mucho más de cerca si me desviaba del camino establecido.
El guía, al principio, se mostró un poco reticente pero finalmente accedió y comenzamos a caminar por angostos caminos por los que no pasaba nadie más que nosotros.
De repente escuchamos unos pasos. Venía una familia de orangutanes hacia nosotros, la mamá y sus dos crías. El guía me dijo que me apartara y que guardara silencio absoluto. No debíamos interponernos en su camino. No había que enfadarlos.
Mi nivel de excitación era máximo. Estaba tan ilusionada que no sentí ni un ápice de miedo, a pesar de que un animal de más de 100 kilos pasara a escasos centímetros de mi.
Me quedé parada y los vi pasar. De pronto la mamá orangután decidió pararse allí a un metro y medio de mi. Se sentó y comenzó a acariciar a su cría. Entonces el guía me dio permiso para hacerle fotos y me entregó un cacahuete que una de las crías cogió de mi mano. Sin duda, ese fue para mi el momento más emocionante de mi viaje por Indonesia.
Ya podía volver al barco. Había cumplido un sueño: ver a los orangutanes de Borneo en su hábitat, cuidando a sus crías y saltando de rama en rama. Paseando tranquilos por la selva. Y sobre todo, había sido bien recibida por esa pequeña familia.
Regresamos al barco. Navegamos unas cuantas horas mientras me seguía deleitando con los paisajes de la selva. Nuestra ruta de orangutanes de Borneo había finalizado. Al día siguiente dejaríamos la isla de Borneo para tomar un vuelo a Semarang, con el fin de llegar a Yogyakarta.
Como llegar a la selva de Borneo
Para llegar a Kalimantan (parte de la isla de Borneo que pertenece a Indonesia) tendréis que volar al aeropuerto de Iskandar, también llamado Pangkalan Bun. Hay otros aeropuertos en Kalimantán pero este es al que tendréis que llegar si queréis ir al Parque Nacional Tanjung Puting.
Es un aeropuerto muy pequeño, al que no suelen llegar más de dos vuelos al día, pero a pesar de ello siempre hay retrasos. Así que os recomiendo que compréis el vuelo con antelación y que evitéis enlazar con otro vuelo, pues es muy probable que lo perdáis.
No existen vuelos internacionales directos a Pangkalan Bun, por lo que tendréis que llegar desde Yakarta, Semarang o Surabaya. Y lo mismo para la vuelta.
Si queréis empezar vuestro viaje a Indonesia en la selva de Borneo tendréis que volar a Pangkalan Bun desde Yakarta, que es lo que yo hice. Pero no os recomiendo que lo hagáis a la inversa, es decir dejándolo para el final del viaje, pues es muy probable que perdáis vuestro vuelo de regreso a casa.
A mi vuelta de Pangkalan Bun, tomé un vuelo hasta Semarang para ir hasta Yogyakarta a ver los templos de Pranbanan y Borobudur. Esta opción también la podéis realizar a la inversa, según vuestro itinerario.
Si venís o vais a hacer un tour por el Monte Bromo y el volcán Ijén, os conviene volar desde o hacia el aeropuerto de Surabaya.
Las compañías aéreas que realizan estos trayectos a Pangkalan Bun son todas locales. No es de extrañar la mala fama que tienen las aviadoras de Indonesia, ya que muchas no cumplen las normativas de seguridad. Pero no nos queda otra si queremos ir a ver orangutanes. 🙁
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Donde alojarse en la selva de Borneo
En el Parque Nacional de Tanjung Puting tenéis dos opciones de alojamiento: hotel o klotok.
Alojarse en un hotel resulta mucho más caro, pero también mucho más cómodo. Obviamente, en medio de la selva no vais a encontrar un hotel convencional, pero si cabañas con todas las comodidades a precios muy elevados.
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Para mi, una de las cosas más interesantes de la visita a Tanjung Puting es el hecho de poder dormir en un colchón encima de un barco en plena selva. Pues es una experiencia incomparable, que no vais a poder vivir en casi ningún lugar del mundo.
Aunque dormir en un klotok no es nada barato, siempre podéis contratar un barco compartido con otros turistas para reducir costes.
Hay klotoks de varias categorías, incluso con varias plantas y habitaciones. Cuanto más lujo, más caros pero también menos auténtico.
Yo contraté un klotok privado básico solo para mi. Básicamente tenía una mesa y unas sillas, un colchón en el suelo con una mosquitera, un wc y una ducha sin agua caliente (aunque con el sofocante calor que hace en la selva no la vais a necesitar y os lo digo yo que me ducho con agua bien caliente hasta en pleno verano).
Por debajo de la cubierta debe haber una cocina y alguna habitación, donde duermen la cocinera, el guía y el capitán; pero eso no me lo enseñaron.
Cómo contratar una excursión de orangutanes de Borneo
Si queréis adentraros en el Parque Nacional de Tanjung Puting, para caminar por la selva y ver a los narigudos y orangutanes vais a tener que contratar un tour obligatoriamente.
Los precios son bastante elevados, aunque varían un poco según la agencia con la que contratéis. La mayoría de la gente hace un tour en klotok de 2 noches, que es lo que hice yo y es más que suficiente para vivir la experiencia.
Si vais a viajar en temporada alta es mejor reservarlo con antelación, ya que las visitas al parque son limitadas y podrían agotarse.
A la hora de elegir la empresa os podéis volver locos, ya que hay un montón que realizan esta excursión de orangutanes en Borneo. Yo lo hice con come2indonesia y fue un desastre. Caro y muchos problemas. Así que NO la recomiendo para nada.
Lo único malo es que los tours son todos en inglés, pero si buscáis bien quizá podáis encontrar alguna empresa que tenga el tour de orangutanes de Borneo en español con una buena relación calidad y precio.
➡️ Luego de mi experiencia en crucero para ver los orangutanes de Borneo, me enteré de este tour del que nos han dado muy buenas referencias. Podéis hacer el crucero en 3, 4 o 5 días según prefieras. Definitivamente la próxima vez lo haremos aquí.
Es importante averiguar bien el tipo de empresa con la que se reserva el tour de orangutanes en Borneo. Debe ser una agencia responsable y que vaya acorde al cuidado del medio ambiente y los animales. Los orangutanes son una de las especies más amenazadas de la tierra, en los últimos 3o años la población de orangutanes se ha reducido en un 90% muriendo aproximadamente unos 5 mil ejemplares por causas no naturales y la caza furtiva.
Una de las causas principales de la muerte de los orangutanes de Borneo es el consumo elevado de aceite de palma. Para conseguir tierras de cultivo y poder plantar estos árboles de donde se extrae el aceite, los pobladores y los hombres de la selva queman el hábitat de los orangutanes, quemandolos vivos a ellos también sin ninguna posibilidad de escape. El panorama es muy preocupante y triste.
Desde Viajando por el Mundo Mundial, recomendamos en primer lugar eliminar totalmente el consumo de los productos que contienen de aceite de palma y luego practicar un turismo responsable con la contratación de agencias acreditadas. Nosotros siempre nos guiamos de la FAADA , donde podéis encontrar viajes recomendados y centros de rescate.
Cuánto cuesta un tour para ver orangutanes en Borneo
Como ya os he comentado, hay tours para ver orangutanes en Borneo de todos los precios, en función del lujo de los klotoks. Aún así los tours son caros, pues el más básico no baja de los 200 € por persona.
Si vais a viajar a Indonesia, que no os duela gastaros el dinero en la excursión para ver a los orangutanes de Borneo, pues os aseguro que va a ser el dinero mejor gastado de vuestra vida y lo mejor de todo verlos vivir en libertad. Pero volvemos a repetir, siempre con responsabilidad.
Esperamos que os haya gustado nuestro post sobre como ver orangutanes en Borneo y que os anime a ir a visitar a estos simpáticos animalitos. Si tenéis alguna duda o sugerencia nos podéis escribir en los comentarios.
Podéis seguir leyendo sobre nuestro viaje a Indonesia en el siguiente post.
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Si te ha gustado nuestro post excursión de orangutanes en Borneo ¡Valóralo! 🙂