Cuando la brisa del mar golpeó mi cara nada más bajar del transfer que nos llevó al hotel The Westin Puntacana Resort Club supe que estábamos en el paraíso. Situado a solo 5 minutos en coche del aeropuerto de Punta Cana, se encuentra este Resort de lujo, perfecto para desconectar del mundo y disfrutar de unas inolvidables vacaciones.
Si tuviera que resumir nuestra estancia en una sola palabra diría «placentera» y es que la amabilidad extrema del personal nos hizo sentir como reyes.
Nos recibieron con un bonito regalo de bienvenida: una bolsa de playa, una toalla de playa, un par de sombreros y varios accesorios más que esperemos que visiten muchas playas paradisíacas.
Por si fuera poco, tuvieron el detalle de dejarnos una tabla de ibéricos y quesos acompañada de un vino tinto en nuestra habitación, que degustamos sentados en nuestro balcón con vistas al mar.
En The Westin Puntacana Resort & Club pasamos un fin de semana inolvidable. Comenzamos con un visita a la reserva natural Ojos Indígenas, un conjunto de 13 lagunas rodeadas de naturaleza en la que pudimos nadar con tortugas.
Pasamos la tarde en la idílica playa del hotel disfrutando del bar del The Westin Puntacana Resort & Club, junto con unos amigos que se casaban allí al día siguiente.
Cuando el sol se escondió fuimos al Six Senses Spa donde disfrutamos de unos placenteros masajes relajantes. Y así, bien descansados nos fuimos a cenar al restaurante La Yola.
El restaurante se encuentra sobre el mar y es perfecto para una velada romántica. La decoración es exquisita y el personal nos atendió de maravilla. Si vais allí el día de vuestro cumpleaños os tendrán preparada una sorpresa que no olvidaréis, pero no voy a desvelaros el misterio…
Nuestro segundo día en The Westin Puntacana comenzó con un abundante desayuno buffet frente al mar. La comida era muy rica y variada: tostadas francesas, tortitas, cereales, huevos hechos al momento y al gusto, selección de panes y bollería, frutas…
Para bajar el desayuno fuimos a dar un paseo por la playa y nos acercamos a Playa Blanca, donde hay una escuela de surf y un restaurante sobre la arena en el que cenaríamos esa noche.
Lo que nos llevó al The Westin Puntacana Resort & Club fue la boda de unos amigos, que eligieron este entorno de ensueño para celebrarla, así que en Playa Blanca fue donde pasamos el resto de la tarde y la noche, gozando de la playa, la comida y los cócteles hasta el amanecer. Si está en vuestros planes casaros pronto, os aseguramos que este lugar es absolutamente perfecto para ello.
Quisimos aprovechar nuestra estancia disfrutando de las instalaciones del hotel hasta el final, pero os aseguramos que nos marchamos de allí con mucha pena y con unas ganas infinitas de volver.
El The Westin Puntacana dispone además de un campo de golf profesional de 45 hoyos, 8 restaurantes de comida internacional y una amplia carta de actividades acuáticas que podéis realizar en su mar de color turquesa.
¿Se os ocurre mejor plan para unas vacaciones perfectas que alojarse en el Westin Puntacana?